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sábado, 25 de diciembre de 2010

In memorian a la 'zurda de diamantes'

Pocos jugadores han dejado una huella tan profunda en Sevilla pero sin duda quien más recuerdos trae a las aficiones del Betis y el Sevilla es el malogrado canterano seviliista Antonio José Puerta Pérez.

El jugador sevillista falleció el 28 de Agosto de 2007 a causa de una displasia arritmogénica del ventrículo derecho que le dió tras días después de la parada respiratoría que sufrió en el transcurso del partido entre su equipo, el Sevilla, y el Getafe.

'La zurda de diamantes', como era conocido entre la parroquía sevillista, se había convertido en uno de los canteranos con mayor progresión y talento de panorama nacional más, si cabe, por ocupar una posición en la que siempre ha estado cabizbaja el combinado nacional, hasta la llegada de  Capdevila, como era la de lateral izquierdo. 


El jugador sevillista dejó huerfano a el que iba a ser su futuro hijo, Aitor Antonio Puerta, pero, no sólo eso, conmovió a España y el mundo, en general. La pérdida de la joya sevillista fue un tremendo palo para la sociedad pero tal y como el propio Antonio hubiese querido hay que ver siempre la vida desde el lado más positivo.

Tal vez, si no le hubiera tocado ese maldito día jugar, estariamos hablando de uno de los grandes jugadores del futbol internacional, sino lo era ya, pero para un servidor SIEMPRE será no sólo un grandísimo jugador capaz de igualarse a laterales míticos como Roberto Carlos sino que además será SIEMPRE y eso no me cabe duda una de las más bellas personas que haya conocido.

Muchos dirán que es lo típico que se suele decir cuando alguien fallece y más si está relacionado con tu equipo del alma, en mi caso el Sevilla Fútbol Club, pero no tiene nada que ver esta relación para poder afirmar que Antonio José Puerta Perez era una excelente persona.

El hecho de considerar que Antonio era un tipo amable, alegre y siempre con buenos gestos para todos tiene su lógica explicación. Para empezar, todos los medios de comunicación coinciden en que Puerta era de esas personas que, por muy mal día que tuviera anímica o futbolísticamente hablando, siempre te concedía una entrevista y, además, se le escapaba una alegre sonrisa o alguna broma idónea para la situación. Por otro lado, el vestuario sevillista era gracias a él, dicho por los que fueron sus compañeros, una constante Feria de Abril en cuanto a felicidad y esa 'guasa andaluza' tan típica en Sevilla.

Sin embargo, el verdadero hecho que me hizo a mi creer que estaba ante una de las personas más amables de la faz de la Tierra fue cuando, en primer curso de periodismo, mi compañero y amigo, Javier Rubio, y un servidor nos desplazamos hasta la ciudad deportiva del Sevilla con el objetivo de intentar hacer una entrevista para una pequeña práctica de M.A.V. I. S. Al ver a un par de jugadores que ni siquiera nos miraban para un autografo, intentamos preguntar a Antonio, y cuál fue nuestra sorpresa que no sólo nos atendió sino que nos dió su número de telefono para que la entrevista fuera en directo sin nisiquiera pedirnos la tarjeta universitaria o carta de pago que da credenciales de que somos estudiantes de periodismo.

Imáginense nuestra sorpresa, nuestro asombro, nuestra alegría y, en mi caso, mi respeto pues tuve la ocasión de entrevistar en directo a aquel chaval que un 27 de abril del año 2006 nos hizo grandes con uno de los más bellos goles que recuerdo y que nunca podre olvidar.

Antonio, estés donde estés, GRACIAS no sólo por todo lo anterior sino por unir a dos aficiones tan rivales como eran Sevilla y Betis. Te marchaste, quizás para siempre o quizás nos veamos por allí arriba dentro de años pero te fuiste con el legado más grande que una persona puede dejar: su personalidad. Esa personalidad o llamado 'espíritu Puerta, que aun sigue manteniéndose en el minuto 16 de cada partido en el Juán Ramón Sanchez-Pizjuán y que apacigua la tremenda rivalidad que durante años han mantenido los dos principales exponentes de fútbol sevillano y andaluz.




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